Sinto muito mas não me esperem

3.9.06

Y de repente, un ángel

"Mi madre no me vendió cuando era ñino. No éramos pobres y, a diferencia de la madre de Mercedes, no necesitaba dinero.
Disponíamos de ciertas comodidades y privilegios gracias al dinero que ganaba mi padre en sus provechosos emprendimientos empresariales. Mi hermana y yo asistimos a los mejores colegios de la ciudad. En las vacaciones nos llevaban a los parques de diversiones de Orlando, a las montañas de Chile a esquiar, a las playas más exclusivas del Caribe.
Mi madre hizo con nosotros, sus hijos, lo que se suponía que debían hacer las señoras distinguidas de entonces: dejarnos al cuidado de unas mujeres humildes, las empleadas domésticas a su servicio, y no permitir que fuésemos un estorbo o una traba a su aspiración de vivir una vida sosegada, predecible, exenta de trajines y sobresaltos, digna de una señora de sociedad. "

Começo com uma partilha... uma das muitas companhias de cá.

Sem comentários:

Seguidores